No estamos educados para conocer nuestras emociones
Los padecimientos emocionales y los sentimientos que se guardan y reprimen dejan huellas tan profundas y afectan de una manera tan determinante las vidas de las personas, que pueden influir en la salud física y en la generación de enfermedades complejas y difíciles de tratar. Este proceso puede ser un camino doloroso y de mucho sufrimiento para quien lo vive, como se le cuenta a Katarsis, la actriz y cantante bogotana, María del Mar Botero, que estuvo prácticamente inmovilizada en una silla de ruedas por varios meses producto de una compleja enfermedad en sus rodillas.
“No hay ninguna enfermedad que no tenga una raíz emocional”, nos dice María del Mar, con la seguridad de quien ha experimentado en carne propia el aprendizaje de una verdad dolorosa, pero que ayuda a madurar y a crecer como persona. Narra que tuvo que recurrir a una silla de ruedas, después de empezar a sentir unos dolores insoportables en sus piernas que no cesaban de intensidad y que la obligaron a quedarse completamente quieta, perdiendo su movilidad.
Fueron muchos los meses de incertidumbre y angustia, de paso por diferentes médicos y terapias para entender que le estaba sucediendo. No le deban un diagnóstico claro y la desesperanza era grande, recuerda con mucha intensidad, después de 4 meses de enfermedad, estar en su silla de ruedas, diciéndole al médico que no podía más y recibir de él un abrazo y las palabras obligadas en este tipo de situaciones. “tienes que tener paciencia”.
Según María, la paciencia se le acabó, cayó en un abismo emocional y físico muy grande, se quería morir. En este estado llegó como un milagro una mano amiga, su profesora de canto con quien tenía un gran vínculo afectivo. Ella le dijo que dejara todo por un tiempo para ir a vivir al campo, a una casa en Cajicá. María aceptó la invitación, en ese momento ella sólo quería un espacio donde poder llorar , porque necesitaba hacerlo, litros y litros de emociones repremidas, recuerda y se emociona, vuelve el llanto pero reitera que lo recuerda con mucho amor, como una etapa de aprendizaje y despertar.
Estar en contacto con la montaña y el aire puro le ayudó a iniciar un proceso de liberación emocional, comenzó un viaje interior de exploración y conocimiento de sus emociones y miedos más profundos. Se dio cuenta que habían otras personas en situaciones más complejas que la suya, sin una pierna por ejemplo o con una discapacidad permanente, y sin embargo, luchaban por caminar y lo lograban. Este fue un detonante para encontrar la fuerza necesaria para superar su enfermedad.
En su investigación interior entendió que habían pasado cosas en su infancia que le dejaron dolores profundos y que se quedaron como situaciones sin resolver. Esto se fue aclarando también a través de la actuación, donde descubrió que si utilizaba esas emocionas de la infancia en sus personajes, en situaciones diferentes pero que requerían de estas mismas emociones, sus dolores físicos, los de sus rodillas, iban disminuyendo.
Entendió que estaba haciendo catarsis, que la actuación y el canto le permitían liberar y sanar sus dolores. María del Mar lo explica de la siguiente manera: “cuando actuamos o creamos un personaje, este se convierte en un vehículo para sacar toda nuestra luz y a la vez transformar nuestra oscuridad. El público ve las emociones del personaje que estamos representando, pero no sabe o no se da cuenta que también estamos liberando nuestras propias emociones, es decir que de manera inconsciente me estoy sanando”
A pesar de su juventud, María habla con la sabiduría de alguien que ha vivido mucho y con intensidad, nos dice que es muy importante que encontremos la forma de superar nuestros miedos, esos con los venimos configurados para asumir la vida, que no nos permiten caminar con libertad, que hacen que dar un paso nos tome casi mil años. No podemos fluir ni tomar decisiones por el miedo que no nos deja ver lo que la vida nos ofrece.
Cerramos nuestra charla con María pidiéndole que nos cante algo de lo que la acompañó durante todo su proceso de sanación y ella nos regala las estrofas de la bellísima canción compuesta por Piero y que inmortalizó la voz de Mercedes Sosa, “Soy Pan, Soy Paz, Soy Más”, que para esta cantante y actriz es un himno de vida