El día de la madre es una fecha muy importante para Colombia teniendo en cuenta la relevancia de la figura materna en nuestra cultura, donde se percibe de una manera casi sagrada. Es así que la palabra madre en nuestro país es sinónimo de valores muy importantes: la que da la vida, la principal cuidadora de la existencia, la fuente de amor y de compresión incondicional. La mamá para la mayoría de los colombianos lo es todo y como lo han recitado, cantado y llorado infinidad de hijos e hijas desbordados de amor, de tristeza por su ausencia o arrepentidos por su mal comportamiento: “madre solo hay una”
Pero este día no sólo se celebra en Colombia y aunque muchos países lo realizan en diferentes fechas, hay una gran cantidad de naciones que lo hacen el segundo domingo del mes de mayo como sucede en nuestro país, entre ellos Estados Unidos donde se institucionalizó esta fecha hacia principios del siglo XX.
Su origen hay que decirlo es bellísimo y noble, y nos remonta en una primera instancia a la ciudad de Boston en la figura de Julia Ward Howe, una mujer de una dimensión impresionante. Tuvo una vida de restricciones y aislamiento como la mayoría de las mujeres de la época, cumplió con sus obligaciones de esposa dedicada y abnegada madre, pero en sus espacios de soledad y de descanso se formó en filosofía, aprendió varios idiomas y a escribir, lo hizo tan bien que comenzó a publicar, primero de manera anónima como lo tuvieron que hacer muchas de las mujeres escritoras de la historia, pero su identidad no se mantuvo oculta, lo que significó un precio alto en su vida, sufrió los cuestionamientos de su familia, de su esposo y de una sociedad que se resistía a ver a las mujeres asumiendo otros roles y que además hacían sentir su voz. Pero para Julia no había vuelta atrás y el escenario de lo público se abrió para su pensamiento y a su activismo político, en favor de causas como la abolición de la esclavitud, la paz y sobre todo por la reivindicación de los derechos humanos de las mujeres.
Fue esta mujer la que se dedicó por muchos años a promover el día de las Madres como una invitación por la paz, de esta manera, celebrar el día de la madre tenía el objetivo de celebrar la erradicación de la guerra. Así lo expresó Julia de forma potente en su “Proclama para el día de las madres” donde invita a las mujeres del mundo para levantarse y rechazar que sus maridos e hijos fueran parte de la locura y de la brutalidad de la guerra y la violencia. Y en una de sus estrofas nos dice:
“No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia. Nosotras, mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país para permitir que nuestros hijos se entrenen para herir a los suyos. ’’
Triste que nuestras sociedades no hicieran caso de esta proclama, quien sí lo hizo fue Anna Reeves Jarvis, la otra protagonista de esta historia, aunque en realidad fueron dos Anna Reeves, madre e hija, la primera también una gran activista social en la ciudad de Filadelfia en los Estados Unidos, que luchó de manera incansable por la salud y la seguridad social de las madres trabajadoras, y a partir de las ideas de Julia Ward Howe promovió el día de la madre como un día para conmemorar el trabajo de las mujeres, sobre todo de las madres trabajadoras, para recordarle al mundo que las mujeres aparte de cumplir con su rol de cuidar a su familia, también cumplían con otras importantes tareas, era una forma también de decirle a una sociedad machista que las mujeres trabajan más que nadie, pero su esfuerzo no se valoraba ni se reconocía.
Anne Reeves murió en mayo de 1905 y su hija llamada también Anne Reeves se dedicó hacer una campaña para que se institucionalizará un día al año para reconocer el valor de las madres, pero sobre todo su trabajo. Esta iniciativa tuvo eco en el presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson quien la hizo una fiesta oficial en 1914 para expresar amor y reverencia hacia todas las madres.
Años más tarde Anne Reeves renegó y se convirtió en una férrea crítica de la celebración que ella misma promovió, argumentando que se había desvirtuado completamente su sentido para convertirse en una fecha meramente comercial.
Consideramos que no está mal hacer regalos y consentir a las madres en este día siempre y cuando no olvidemos la verdadera razón de ser de esta celebración, sin embargo, si Anne Reeves sufrió por la mercantilización del día de la madre, no queremos imaginar el dolor profundo y la tristeza que embargaría a Julia Ward, al saber que la fiesta que imaginó como una celebración por la paz, en Colombia la convertimos en la fecha más violenta del año.
Y ese es nuestro llamado hoy, a que no olvidemos que el día de la madre es un día para mostrar respeto y agradecimiento por todas las madres trabajadoras, que día a día cumplen con su rol de cuidadoras y que al tiempo tienen que asumir otra infinidad de responsabilidades, cargando con extensas y extenuantes jornadas laborales, sin descanso, sin derecho a veces gozar de tiempo libre y para ellas.
Por eso nos sumamos al llamado de todas las autoridades y al que hizo en su época Julia Ward, para convertir la celebración de esta fecha en una conmemoración por la paz y la reconciliación, este es el mejor regalo que podemos brindarle a cada madre en el país.