Un día para honrar el valor de las mujeres, un día para exigir igualdad

La lucha de las mujeres por una vida libre de violencias, por tener igualdad de oportunidades en escenarios como el educativo, el laboral y productivo, cultural o científico, por la reivindicación de sus derechos humanos, por la autonomía y el respeto de su cuerpo y libertad, ha sido un camino duro, lleno de obstáculos, de sacrificio y dolor, por esta razón es tan importante la conmemoración de una fecha como el 8 de marzo, día internacional de la mujer, porque se rinde homenaje y se recuerda a todas esas mujeres que han trazado y labrado el camino hacia la igualdad y justicia entre hombres y mujeres.

Por esta razón no son ningunas amargadas las mujeres que en esta fecha no piden ni dulces ni serenatas, porque entienden que más que una fiesta o día de celebración, es una fecha para recordar todas las luchas feministas, para reflexionar sobre las brechas y la inequidad que todavía persisten en nuestras sociedades, porque es un día para pedir que cese la violencia de género, la discriminación, el machismo y la cultura patriarcal.

Esta conmemoración nace primero como una reivindicación por los derechos laborales a principios de siglo XX. Desde la historia se dice que La primera vez que se celebró el Día de la Mujer fue el 28 de febrero de 1909 en Nueva York, después en 1910, el 8 de marzo fue declarado como el Día de la Mujer en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas con el fin de exigir el voto femenino y en 1911 más de un millón de mujeres exigían la reivindicación de su derecho al trabajo, a ocupar cargos públicos y acceder a la educación profesional.
Precisamente en medio de este contexto, en 1911, ocurre uno de los hechos hito que marcaría la lucha por la reivindicación de los derechos humanos de las mujeres, sucedió el 25 de marzo con la muerte de 146 personas, de las cuales 123 eran mujeres que protestaban y exigían mejores condiciones laborales. Murieron encerradas en una fábrica textil en medio de un incendio que fue provocado según algunas versiones históricas por los mismos dueños de la fábrica.
Estas mujeres murieron de una manera dolorosa e inhumana, en medio de las llamas, del desplome de los muros o saltando desde el piso noveno donde funcionaba esta empresa que elaboraba camisas para mujeres. Ellas pedían cosas justas y básicas, tenían que trabajar 10 horas de lunes a viernes y los sábados 7 horas por un salario de miseria, no podían comer en las jornadas laborales y las puertas siempre estaban cerradas con llave, es decir que vivían en una especie de sistema de esclavitud. Este hecho fue un detonante para generar importantes cambios en la legislación laboral, además del reconocimiento de derechos en el trabajo, tanto para hombres y mujeres.

La reivindicación por los derechos laborales sin duda fue una importante semilla también para iniciar y promover la lucha por la igualdad y los derechos humanos de las mujeres, en Colombia también tuvimos episodios de huelgas y protestas laborales que estuvieron protagonizados por mujeres valientes.
Este 8 de marzo es una buena oportunidad para recordar a muchas de estas mujeres, como es el caso de Betsabé Espinal, quien lideró una de las primeras huelgas sindicales del país en 1920, en Bello Antioquia, y como coincidencia histórica en una fábrica de textiles.
Entre las razones de esta huelga estaban las diferencias de salario entre hombres y mujeres, las mujeres obreras ganaban entre 40 centavos y un peso a la semana, mientras los hombres, por hacer el mismo oficio, ganaban entre un peso y dos pesos con setenta centavos a la semana.
Estas mujeres también exigían la reducción de las extensas jornadas de trabajo, además de poder contar con una hora para consumir alimentos, mejorar las condiciones de higiene de sus lugares de trabajo, tener derecho a usar calzado, incluso, denunciaban situaciones de acoso y violencia sexual.

La tenacidad de estas mujeres dio resultado y después de 21 días de paro, todas sus exigencias fueron aceptadas. Así, nuestra historia está llena de mujeres aguerridas que impulsaron e impulsan la reivindicación de los derechos las mujeres obreras, campesinas, indígenas, que se han enfrentado contra las violencias de género, que han exigido mayor participación política, entre muchas otras luchas.
A todas ellas se les rinde homenaje el 8 de marzo, pero también como ya lo dijimos, este día se sigue haciendo visible la discriminación y las violencias contra las mujeres que todavía persisten y tienen un fuerte arraigo en nuestras sociedades, pero también es perfecto para invitar tanto a mujeres como a hombres para seguir luchando y trabajando para superar un cultura machista y patriarcal, para alcanzar el objetivo de una sociedad más justa e igualitaria.