“Hago catarsis ayudando a otras mujeres”: Silvia Beltrán

Silvia Beltrán Amarís es una trabajadora campesina del Magdalena medio de Colombia, dedicada al cultivo de la Palma de Aceite, nació en Puerto Wilches hace 55 años y ha sido víctima de violencia por parte de diferentes actores del conflicto armado.

Sin embargo y pese a los duros momentos, es una mujer optimista, alegre, con un carácter fuerte y decidida que la ha transformado en una de las lideresas más importantes de su región. Considera que su principal fortaleza está en su capacidad de ofrecer amor, primero a ella misma para poderlo brindar así a su comunidad y las personas que buscan su ayuda, además asegura que la mejor manera de hacer catarsis para superar su dolor y rehacer su vida es servir, dar apoyo y acompañamiento a otras mujeres y hombres que también han vivido la violencia en este país.

Hace parte de un proceso de escuela para equidad de género denominado “Red de Mujeres del Magdalena Medio, Igualdad en la diversidad” , conformado hace más de 18 años. Nace por la necesidad de empoderar a muchas mujeres que en la región eran violentadas de diversas formas, por los hombres, por sus propias familias y por los grupos al margen de la ley.

Silvia cree firmemente que fortalecerse como mujer y ayudar a fortalecer otras mujeres le ha ayudado a sanar sus heridas. Está convencida de la importancia de que toda mujer conozca que tiene derechos y de que existen mecanismos para defenderlos y hacerlos valer.

Es así que ella pudo superar la pérdida de un ser querido por la violencia, dolor en el que estuvo sumida por dos años. Esto y aferrarse a la vida de su hija y de su familia la convirtieron en la mujer luchadora, emprendedora y solidaria que es hoy.

Esta mujer palmicultora afirma que no ha sido fácil abrirse camino como lideresa, que tiene enfrentarse con una sociedad profundamente machista, más los riesgos de ejercer el liderazgo en Colombia, sin embargo, sostiene que el único camino que nos queda como sociedad para enfrentar la violencia es estar unidos, es la única forma de hacernos fuertes frente a los violentos.

A las víctimas que acompaña les dice que entiende que no es fácil perdonar, eso no se puede hacer de la noche a la mañana, pero si hay que dejar ir ese dolor, tomar la decisión de rehacer la vida, no podemos andar toda la existencia con una carga tan pesada sostiene Silvia y nos cuenta como superó ella misma esa carga de odio y de dolor:

“Tuve la oportunidad de conocer al hombre que mando asesinar a mi familiar en un proceso de reconciliación, ese día me acerque, él me saludo, me dio su mano y me preguntó: porque me mira de arriba abajo, yo le respondí que simplemente lo quería conocer, desde ese momento me liberé y deje ir todo el dolor».

Para cerrar la charla, Silvia nos deja una reflexión muy importante: “Cuando se ayuda a una mujer a salir adelante se está ayudando a todas las mujeres del país”.