No quiero ser aguafiestas pero…

Sin duda debemos sentirnos alegres al ver  el balance sobre la situación de seguridad y  violencia  que presentaron las autoridades sobre la celebración de la noche navideña de este año. Las cifras, aunque todavía lejos de lo que deberíamos ser como sociedad,  muestra una importante disminución en temas como los homicidios. De acuerdo con este reporte, los asesinatos en el país cayeron un 63 % respecto al 24 de diciembre del 2017. Es decir que de 52 asesinatos que tuvimos  el año pasado en la noche de navidad, este año pasamos a  19.  Podemos decir  que estamos avanzado en aspectos de convivencia, buen comportamiento y sobre todo con el respeto por el sagrado derecho a la vida.

Es decir que los colombianos si nos proponemos podemos superar  ese estigma que llevamos encima por décadas de ser una sociedad violenta. ¡Claro que podemos¡, la crueldad, la intolerancia y la falta de empatía no pueden ser parte de nuestra verdadera naturaleza, y eso lo vemos reflejado en la constante que estamos observando ya hace años de una importante reducción de las tasas de homicidio en el país, por ejemplo, pasamos de tener en el año 2012 una tasa de 76 homicidios  por cada 100 mil habitantes a 24 por cada 100 mil habitantes en el 2017 y seguramente  esta disminución se va a mantener en el balance final de 2018.

Pero sin ánimo de ser aguafiestas, tengo que hacer una pregunta: ¿Por qué si hemos hecho este importante avance en materia de violencia y seguridad, no ocurre lo mismo en materia de las violencias contra las mujeres?

Si revisamos las tasas de homicidios de mujeres estas no cambian ni disminuyen, y tristemente tenemos que decir que los feminicidios en el país aumentan. En noviembre de este año, el mismo Instituto de Medicina Legal envío un preocupante mensaje por el aumento de las violencias contra las mujeres, afirmando que este tipo de delitos aumentaron un 8.5%  con respecto al 2017. Además señala que una gran parte de las mujeres asesinadas en el país, lo son por sus parejas o exparejas y en sus propias casas.

Así mismo, quiero agregar que Medicina Legal ha afirmado en diversas ocasiones que el mes de diciembre es una de las épocas más críticas en materia de violencia intrafamiliar y contra las mujeres. Por esta razón me gustaría y quisiera sugerirle a las autoridades que en el reporte que emiten sobre el balance de seguridad de la noche de navidad y el próximo sobre la noche de fin de año, también incluyan datos sobre violencia intrafamiliar y contra las mujeres, esta es una forma de visibilizar y de comenzar a generar conciencia sobre este tipo de violencias, las mujeres tenemos el derecho a que se publiquen y se evidencian este tipo de datos e información.

Pero sobre todo hoy quiero hacer un llamado para  que nos comprometamos con la erradicación de las violencias contra las mujeres. Son varios los pasos que tenemos que dar para superar esta situación. Tenemos que visibilizar y darle un tratamiento de máximo interés público, tanto para el gobierno como para todas las esferas e instancias de nuestra sociedad. Tenemos además que dejar de naturalizar y justificar la violencia contra las mujeres. Aunque no lo creamos aún siguen muy arraigados en nuestra sociedad los estereotipos de género negativos que ocasionan la discriminación, desigualdad y las violencias contra las mujeres. Este trabajo se debe hacer muy fuerte con nuestras nuevas generaciones.

Por esta razón mi invitación es que en los propósitos que vamos a hacer para el próximo año pensemos en este compromiso, con la igualdad, con el respeto por  la autonomía, la independencia y la vida de las mujeres. Por favor no lo olvidemos, construir una sociedad mejor y más pacífica, pasa necesariamente por comprometernos con una vida libre de violencias para todas las mujeres.

Mis más sinceros deseos para un Prospero 2019 para todas y todos.

Martha Ordóñez